Teatro Mahen

MALINOVSKÉHO NÁMĚSTÍ 1

El originalmente teatro alemán fue construido en los años 1881-1882 de acuerdo con el proyecto de los arquitectos vieneses Ferdinand Fellner y Hermann Helmer, y dotado de iluminación con bombillas eléctricas de Edison como primero de Europa. En 1919, el edificio del Teatro Municipal (más tarde llamado también Na hradbách [En las murallas] y Teatro Janáček) fue tomado por el Teatro Nacional Checo de Brno, el cual hasta ese momento tenía su sede en los espacios adaptados de la taberna en la esquina de la calle Veveří, y como primera representación ofreció Jenůfa de Janáček. En los años 20 del siglo XX, sonaron aquí los estrenos mundiales de las óperas de Janáček Katia Kabanová (1921), La zorrita astuta (1924), Šárka (1925), El caso Makropulos (1926) y, dos años después de la muerte del compositor, su última ópera Desde la casa de los muertos (1930). De su preparación se encargaron la mayoría de las veces el entonces jefe de la ópera y director de orquesta František Neumann junto con el joven director de escena Ota Zítek, y Janáček estuvo encantado por la calidad de las representaciones de sus novedades. Aparte de representaciones operísticas, en el teatro fueron interpretadas también composiciones orquestales: por ejemplo, aquí sonó el estreno de la rapsodia Taras Bulba. El día 15 de agosto de 1928 tuvo lugar, en el vestíbulo del Teatro Municipal, la última despedida con Leoš Janáček.

Entre otros famosos estrenos mundiales, en este edificio se produjo el año 1935 el estreno de la ópera Los milagros de María de Bohuslav Martinů, y en 1938 fue presentado aquí por primera vez absolutamente el ballet Romeo y Julieta de Prokofiev. Hoy en día, el Teatro Mahen es la sede de la compañía dramática del Teatro Nacional de Brno, mientras que las compañías de la Ópera Janáček y el Ballet del Teatro Nacional de Brno tienen su sede en el más nuevo edificio del Teatro Janáček del año 1965.

Cuando el Teatro Municipal fue entregado después de la Primera Guerra Mundial a la cooperativa del Teatro Nacional, me empeñé firmemente en que la nueva era fuese inaugurada con una ópera del Maestro Janáček. El nuevo puesto de nuestro arte músico-dramático debía tener como bandera y consigna el carácter artístico de Janáček. Desde esa época han pasado cinco años, y constato con gozo que esta bandera nos ha guiado por el buen camino, y estoy convencido también de que nos guiará en adelante hasta nuestro objetivo.

Del artículo del director de orquesta y jefe de la ópera del Teatro Nacional de Brno, František Neumann, "Leoš Janáček y nuestro teatro" (Divadelní šepty Národního divadla v Brně V, 1924-1925).